lunes, 16 de noviembre de 2009

SHAUDENFREUDE

La palabra que da título a mi escrito de hoy, es una palabra que he aprendido recientemente gracias a una excelente obra de teatro musical de Broadway. Es una palabra de origen germánico y que nunca habría imaginado que existiera. “Sentir placer con la desgracia de otro”… si, amigos míos… este es el significado de la palabra shaudenfreude. Cuando descubrí que no era broma y que en realidad la palabra existía, el significado me pareció de un sadismo total, una palabra, pensé yo, que tenía que haber sido inventada por los nazis y me dediqué entonces a investigar un poco (como si no tuviera yo cosas que hacer).

Para nuestro conocido Nietzsche de las odiadas clases de filosofía en la universidad, ese sentimiento malsano de sentir placer en el dolor ajeno era “el máximo exponente del resentimiento”. Visto así, hasta lo entiendo, pues sería una especie de venganza “divina” contra alguien que nos ha hecho algo malo o que pensamos se lo merece.

Pero, el filósofo Titus Lucretius Carus (vaya nombre el de este tío vamos…) dijo: “Es grato, cuando en alta mar turban las aguas los vientos, contemplar desde la tierra los grandes trabajos de otros; no porque el tormento del prójimo sea un gozoso placer; sino porque ver males de que se está exento es grato”. Ya aquí no hablamos de resentimiento o venganza oculta, sino de sentir un cierto alivio (traducido en un cierto placer) de no estar en el lugar de otros que son desdichados…. Esta teoría no la entiendo, o mejor dicho, la entiendo pero no la comparto… es patético pensar que alguien que no tiene zapatos que ponerse sienta alivio o placer al ver a uno que no tiene piernas, solo por el hecho de “descubrir” en ese momento que aún se puede estar peor.

Al final el sentimiento de shaudenfreude puede no ser tan sádicamente exagerado, puede manifestarse en simples hechos de la cotidianidad como reírse de una persona que tropieza y se cae de una forma aparatosa, o de cuando (siempre interiormente) nos alegramos de que el empollón de la clase suspenda una materia o cuando suspiramos de alegría al enterarnos que el mejor jugador del equipo contrario está lesionado. Este tipo shaudenfreude lo clasificaría incluso como naif y creo, ya que todos los santos ya están en el cielo, que todos hemos experimentado ese sentimiento alguna que otra vez (algunos mucho más que otros… todo se ha de decir).

Y a estas alturas se preguntarán por qué el cubano flipado este ha escrito sobre el shaudenfreude ese… pues lo siento mucho por los curiosos, pero mi motivación es un secreto… confórmense con saber que en el momento que aprendí la palabra me di cuenta que la podía aplicar a tantas situaciones que he vivido que me espanté de la naturaleza de la raza humana. Hace poco fui a una excelente conferencia sobre cambio climático que impartió el presidente de la Sociedad Catalana de Química y el profesor sugirió que los seres humanos estamos “haciendo lo posible” por destruir el planeta… quizá antes de que eso pase, si se nos diera la oportunidad, no costaría mucho ver como nos aplastamos los unos a los otros.

El mago

domingo, 15 de noviembre de 2009

Se busca compañer@ de piso....

Vengo con buenas noticias!! Después de los malos olores, de la poca limpieza, de la toalla podrida intentando dominar la casa y de la forma tan extraña que tiene de convivir… por fin se nos va la americana!!!

Con este anuncio tan simpático que he leído en el blog de una chica de Madrid me he decido a compartir mi experiencia sobre un tema del que los cubanos que siguen mi blog desde Cuba no tiene idea alguna. El tema resulta complicado y tiene un sin número de ángulos diferentes por los que puede ser analizado. Yo trataré de resumir, como siempre… para no aburrirlos. Hoy les hablaré entonces de los “pisos compartidos”.

Compartir piso actualmente, al menos aquí en España, no es cosa solo de estudiantes. La media de edad de los que comparten piso está en los 27 años y el incremento de esta modalidad de vida es producto de dos fenómenos fundamentales: Altos precios en el mercado inmobiliario y sueldos mileuristas con los que no se puede enfrentar una hipoteca.

Como todos sabemos, la convivencia es muy difícil, incluso cuando se convive con la propia familia, para que hablar de la suegra…jejeje…. pero el caso es que puede llegar a ser peor. Las historias que escucho a menudo sobre las cosas que pasan en los “pisos compartidos” son sin a veces hasta macabras.

Imagínense pues un apartamento de cuatro habitaciones con un inquilino en cada una. El resto de la casa es de uso común. Estas cuatro personas pueden no conocerse de nada (o pueden conocerse… pero no se que es peor). Cuatro persona que tienen un estilo de vida diferente, costumbres diferentes y, muy importante, tiene amigos o parejas… que pueden ser muchos o pocos, agradables o desagradables… entre otras cosas…. En resumen, la novela puede ser tan complicada como se quiera:

Confianza

En principio, si rentas una habitación en un piso, eso te hace tener derecho de disfrutar del mismo como si fuera tu propio piso. Pero que pasa cuando no confías en tus compañeros de piso? Cerrar tu habitación con llave? No dejar dinero sobre tu escritorio? Tener cuidado de donde te dejas el móvil?

Limpieza

La imagen que encabeza este escrito es el invento que tenemos aquí en mi piso para distribuir las tareas de la casa. Modalidades sobre como mantener la higiene del hogar donde se vive y convive hay muchas… pero por mucha planificación que se haga todo depende de las personas. Esta por ejemplo la llamada guerra del vaso perpetuo, el vaso sin fregar que siempre está y que nadie friega por un problema de “principios” en el que si se friega lo del otro se pierde la batalla. Ese vaso puede llegar a convertirse en todo un “performance” de vajilla sucia cuidadosamente colocada una sobre otra sobre la pica.

Mascotas

Un simple pez puede resultar inofensivo siempre y cuando no muera y su cuerpo pestilente “aromatice” la casa. Pero en los pisos de estudiantes podemos encontrar desde el simple perro o gato hasta el conocido hámster, hurones, tortugas y serpientes. Esto genera una carga adicional que la mayoría no está dispuesta a compartir.

Humo

Dentro de muy poco aprobarán la ley que prohibirá fumar en cualquier establecimiento público. Pero un piso compartido no llega a ser un establecimiento público y para los no fumadores resulta entonces un gran problema a la hora de encontrar compañeros de piso. En este apartado he puesto humo para hacerlo general, pues el humo aspirado en un piso de estudiante no solo es aquel rico en nicotina que todos conocemos, sino que también hay otros tipos de humos quizá menos legales.

Fiestas y amigos

Esto si es una cosas que no podemos pronosticar cuando nos mudamos a un piso compartido. Puede haber una fiesta con borrachera incluida tres veces por semana. Música de diferentes géneros sonando a la vez. Cero espacio para cocinar o ver la tele… y otras complicaciones adicionales siempre relacionadas con el espacio común invadido.


En mi experiencia actual, puedo decir que soy MUY afortunado. Vivo en un piso céntrico compartido con tres chicas y otro chico. Todos contribuimos a la limpieza, no hay la guerra del vaso perpetuo pues no nos importa fregar los platos de los demás cuando alguien tiene prisa y se los ha dejado. Hay respeto de los espacios. Los amigos de mis compañeros de piso son supererrollados. Hay confianza y respeto entre todos. No hay mascotas… ahh y el humo (sea cual sea) a mi no me molesta para nada.

Por eso, a pesar de los inconvenientes que tiene vivir en un piso compartido: Si no eres un tipo raro y tus compañeros de piso tampoco y eres flexible, es posible pasárselo en grande.

El mago

viernes, 6 de noviembre de 2009

Como un huevo a una castaña....


La frase que da título a este escrito, se la oía decir a mi abuela cuando era yo un pequeñajo… aunque por el contexto y por el tono irónico que utilizaba yo sabía el significado de la frase, lo cierto es que nunca había visto yo una castaña y por tanto, aún intuyendo que era muy diferente a un huevo, no podía saber cuanto.
Hace unos días, exactamente el 31 de octubre, se celebró la “castañada”, fiesta típica de Catalunya (en otros lugares se hacen celebraciones parecidas). Ese día es costumbre no solo comer castañas cocidas al fuego, sino también son típicos los boniatos asados y los “panellets” que traducido al castellano sería “panecitos” pero en realidad son una masa hecha de boniato blanco o patata con harina de almendras o almendra picada adornados con almendras, piñones, frutas confitadas, entre otras variantes más modernas (son los que están en la foto de arriba).
Cuentan que la tradición viene de hace muchos años. El 31 de octubre es la víspera del día de todos los Santos (que es el día 1 de noviembre según la tradición Cristiana) y se hizo costumbre en los pueblos que el campanero hiciera sonar la campana de la iglesia toda la noche para recordarle a los vecinos que debían rezar por sus difuntos. Para poder resistir toda la noche despierto, cuentan que el campanero y sus más allegados que usualmente lo acompañaban en la faena, comían castañas (fruto muy energético y típico de otoño). La tradición se hizo fiesta y se incorporaron los boniatos y los panellets. Más acá en el tiempo aparecieron las castañeras (que hasta con las costumbres se comercia en este mundo) y ya hoy en día son los estudiantes a los que se les ve vender castañas para reunir dinero e irse de viaje a final del curso con sus compañeros de clase.
Hoy les quería hablar entonces de tradiciones. Catalunya es un lugar con una cultura llena de tradiciones y cada una de sus fiestas tiene su historia, la mayoría de ellas sin dudas fascinantes.
Mi abuela, seguramente, además de saber lo que era una castaña, sabía de tradiciones. Y en tema de tradiciones Cuba y Cataluña se parecen como un huevo a una castaña.
Lo que me ha motivado a escribir en esta ocasión es el sabor amargo que me ha producido el hecho de no poder recordar ninguna tradición (ni ajena ni propia) que identifique a mi pueblo, no logro recordar ninguna festividad que sea típica de mi ciudad, mi barrio, mis raíces. Quizá nunca han existido por el hecho de tener una historia tan corta, aunque es muy probable que con llegada de los barbudos en el 1959 toda la tradición se haya esfumado de golpe. Me molesta pensar que todas las fechas importantes en Cuba sean alusivas a muerte, himnos patrióticos, a victorias o a derrotas en batallas de una guerra que no parece terminar nunca.
Que bien si llegara yo a ver tradiciones como las catalanas en mi país, que haya un día, aunque sea solo un día en que la gente salga a la calle a celebrar, por poner un ejemplo tonto, la Fiesta Taína… en las que todos aprendamos a bailar areito y se venda (en alguna moneda con la que todos podamos comprar) el mejor casabe del mundo.

El mago

domingo, 1 de noviembre de 2009

Los gitanos del Caprabo...

El grupo de investigación va tras la pista de unos comerciantes ilegales de carne… una carne utilizada para comida procesada en la que han detectado un ADN no identificado. Al llegar a los grandes almacenes se encuentran con lo inesperado, en la gran nave, atada con fuertes cadenas, una inmensa criatura gemía de dolor. Poco después descubrían que era una criatura alienígena que tenía la particularidad de poder regenerar sus tejidos a una velocidad considerable y que además crecía en el tiempo. “Entonces si funciona podríamos alimentar al mundo!” exclama exaltada Toshiko, uno de los protagónicos de la serie de ciencia ficción que me he bajado de Internet. Es precisamente esta frase de Toshiko lo que me ha motivado a escribir… está vez sobre los “gitanos del Caprabo”.

En los bajos de mi edificio hay un supermercado que pertenece a la cadena de supermercados de nombre Caprabo. Cada día, cerca de las 9 de la noche unos gitanos, en su mayoría mujeres, se acomodan en los bancos que están en la acera justo delante de la puerta. Siempre los he visto desde que vivo aquí, pero nunca me había preguntado el por qué de su presencia en los bajos de mi casa. Algunos gitanos son gente bastante rara y en general dan un poco de miedo por su aspecto sombrío. Un día descubrí sin querer el misterio: cerca de las 9 de la noche, justo antes de cerrar el supermercado, los encargados tiran a la basura bolsas llenas de comida que no podrán vender al día siguiente.

El fenómeno del despilfarro de alimentos a nivel mundial en los países consumistas no está cuantificado, pero solo un estimado de la comida que se tira en hogares Británicos anualmente está en el orden de los millones de toneladas… ni siquiera puedo imaginarme cuantas toneladas son tiradas diariamente en países Europeos. La ya costumbre consumista de las personas, hace que estas compren más de lo que van a utilizar y mucha gente también interpreta el cartelito de “consumir preferentemente antes de” como una fecha de caducidad. En el caso de los supermercados se trata de puro negocio, es más rentable para las empresas tirar la comida que no se vende para mantener precios competitivos.

Tengo entendido que existen los llamados Bancos de Alimentos que se dedican a recolectar alimentos y distribuirlos entre los más necesitados, pero aún así mucha gente muere de hambre.

Así, cuando le digo a mi compañera de piso “la comida no se tira!!” ella se ríe de mi y entiendo que es muy difícil ponerse en la piel de un gitano o de un niño africano, incluso a mi a veces me cuesta y despilfarro en cosas de las que luego me arrepiento. Es triste saber que la verdadera solución está en las manos de a los que precisamente les importa una mierda si hay más o menos comida en buen estado tirada a la basura.

No Toshiko, NO, no necesitamos un alien que se regenere para alimentar al mundo. Necesitamos que los terrícolas que tiene el poder dejen de pensar solo en su “raza” de “élite” y se dediquen a pensar en toda la raza humana. Al menos los gitanos del Caprabo en los bajos de mi casa aprovechan (humillándose) la comida que los dueños del super tiran a la basura.

El mago