lunes, 21 de noviembre de 2011

Es difícil ser cubano....

-“Mira, tú no eres nadie para cuestionar el trabajo de nosotros.” Tras estas palabras de sentencia, subidas de tono, el funcionario dio la espalda y retornó a su silla detrás del gran cristal sucio de vaho y grasa acumulada de varios meses. Sin quererlo, sus palabras resumían toda la historia. Para este funcionario yo no soy nadie, para este funcionario no hay cabida a la crítica o la autocrítica, para este funcionario no hay derecho a quejarse, para este funcionario los cubanos somos como soldados que tenemos el deber de acatar órdenes sin cuestionarlas. Este funcionario es un cuadro del consulado de Cuba en Barcelona. Este consulado, situado en uno de los barrios más caros de Barcelona, es paradójicamente un sitio sin condiciones. Es pequeño, incómodo y los funcionarios van y vienen tropezando con los que esperan, de pie, a que se les atienda. Con algunos ciudadanos hay cierto “colegueo” tipo “- ahora te lo resuelvo.” que deja fuera de juego todo tipo de protocolo que hayan aprendido… digo mejor, que hayan escuchado en la vieja escuela del MINREX. Hay que mencionar también que muchos de los que esperan en pié a que se les atienda no han venido andando al consulado, pues la mayoría no vive en Barcelona. Algunos, como yo, para llegar es ese lugar (el cual atiende al público solo cuatro horas, cuatro días a la semana) hemos tenido que tomar un autobús, luego un tren y por último un metro. Otros, que aún lo tiene peor, tienen que venir en avión y quizá pagarse una noche de hotel… con todo el dinero que eso comporta.

Pues eso, sumándole más trabas a las trabas está la falta de información, imagina que llegas después de perder un día de trabajo a renovar el pasaporte y algún funcionario te dice te lo hagas en Cuba. Llegas a Cuba (meses más tarde) y te dicen en inmigración que te lo tienes que hacer en España cuando esté próximo a vencerse. Regresas al consulado en España (meses después) y otro, te asegura de que tu condición de salida es temporal y por eso es obligatorio hacérselo en Cuba. A estas alturas solo te queda decir “- y que hago entonces?”. Te dicen entonces que necesitas un papel llamado “Permiso de regreso” que casualmente cuesta más que hacerse el pasaporte completo y siete veces más que el documento equivalente que te hacen en España cuando tienes vencida la tarjeta de identidad y quieres viajar. Pero no te lo pueden hacer en ese momento pues tienes que tener el billete de avión en mano… ah… pero cual Cenicienta con su segunda y bien guardada zapatilla de cristal dices “- vale, yo tengo aquí el billete”. La cara de la funcionaria indica sorpresa, quizá porque es la primera vez que el obstáculo no ha funcionado, no obstante lo he descrito bien, la cara indica sorpresa, pero no derrota. La funcionaria tiene en la manga aún un obstáculo mayor, “- falta más un mes para tu viaje, no te lo podemos hacer hoy.” …y no basta que expliques que vienes de muy lejos, que no puedes perder días de trabajo, que cuesta dinero llegar hasta allí… a ellos les da igual pues como no lo sufren, no les duele. Disciplinadamente (no hay más remedio) te marchas con las manos vacías, sin los documentos que necesitas, pero llenas con el dinero que no te han robado… todavía. Regresas cuando falta menos de un mes para tu viaje y te encuentras con otro funcionario que te explica que tienes que pagar las prórrogas y luego entrevistarte con el cónsul para lo del permiso de regreso (como pequeño detalle que obviaron todos los anteriores, te dice que necesitarás una foto de pasaporte… foto que evidentemente no llevas contigo). Este funcionario te dice que solo debes dos meses de prórroga luego de una rara deducción “lógica”. Tu pasaporte, junto al formulario pasan a manos de un segundo funcionario, este último te llama y sin más preámbulo empieza a hacer otra rara deducción “lógica” para terminar con una pregunta irónica al estilo de “- Y cuantos meses suman eso?” Como evidentemente te das cuenta que el sujeto intenta insultar tu inteligencia, no le respondes como él quiere, sino que repites lo mismo que está escrito en el formulario. Se ríe mirando hacia arriba e intenta explicártelo de nuevo, tu respuesta sigue siendo la misma y cuando llega el momento justo en que se empieza a desesperar le dices al fin que lo que está puesto en el formulario no es un invento tuyo, sino que ha sido deducción de su compañero de trabajo. Su cara cambia, el burlador ha pasado de súbito a ser el burlado. Pero en este tipo de gente, no se puede esperar una disculpa, la reacción es agresiva pues como pasa siempre con cuadros y dirigentes en Cuba, lo que está mal hay que enterrarlo en el momento. Le dices con todo tu derecho ciudadano que estás inconforme con la desinformación y el mal funcionamiento del lugar (lo cual ha costado dinero y tiempo). A esta pregunta un diplomático serio habría dado una respuesta diplomática y seria, pero este funcionario, con una “mecha muy corta” para ser un funcionario público y supuesto representante de los derechos de los ciudadanos cubanos en el extranjero, te sentencia con una frase de salvamento: “- Mira, tú no eres nadie para cuestionar el trabajo de nosotros.”

Podrías haberle explicado muchas cosas, pero un razonamiento fugaz te hace pensar que si en su etapa de formación en la escuela del MINREX este funcionario no aprendió nada y aún así está en ese puesto de trabajo, no aprenderá contigo, ya que a sus ojos no eres “nadie”. Total, que esta vez, al menos sales con la documentación en tus manos, aunque con la cartera vacía y piensas que con todo ese dinero, precio que el gobierno cubano pone al regreso a tu patria, podías haber pagado otro billete de avión para poder abrazar a tu familia más de una vez al año.

EL MAGO

lunes, 30 de mayo de 2011

El valor de un minuto

Empiezo mi entrada de hoy con un diálogo:

1: Adónde marchas ahora Igor?

2: A Sevilla, tengo un congreso y me voy desde el aeropuerto de Reus.

1: Ahh, como no tienes coche te puedo llevar si quieres, siempre y cuando no sea a las 6 de la mañana, que a esa hora no me he levantado aún.

(El vuelo era en efecto a las 6 de la mañana…)

Este diálogo real, es una adaptación de una conversación entre dos personas que supuestamente son amigas… ojo al dato, he dicho supuestamente, ya que todo es relativo. En ese momento pensé… ¿Qué le cuesta levantarse un día a las 6 de la mañana por un amigo? ¿Cuánto puede costarle ese tiempo? …

El valor de un minuto se dice que no es solo relativo a la persona, sino también a su contexto social. Yo quisiera arriesgarme a demostrar que si, el valor de un minuto es solo relativo a la persona si se quiere e independiente de cualquier entorno.

Si miramos el caso del contexto cubano, en Cuba, el valor de un minuto es bastante poco. Allí la gente tiene bastante tiempo libre (por la falta de opciones) y dedicarle un minuto a una tarea puede hasta quizá ser una excusa para entretenerse en algo. En los países con un nivel de vida mucho más alto, la gente va cada vez más enajenada y de prisa, pensando solo en si misma y por tanto, regalar un minuto es algo que ya casi no está de moda. Yo, que he vivido en ambos contextos, confieso que es cierto que el nivel de estrés, inexplicablemente, es mucho mayor por estos lugares y que teniéndolo casi todo al alcance de tu mano, también inexplicablemente, el tiempo se comprime de tal forma que no nos alcanzan 24 horas para hacer todo lo que tenemos que hacer.

¿Qué pasa entonces si te das cuenta de que una persona, dos, tres… diez… se unen para dedicarte parte de su valioso tiempo? ¿Qué pasa cuando el poder de una amistad puede reunir a esas personas solo con el objetivo de hacerte feliz? Es entonces que el paradigma del “contexto” queda anulado. En ese caso en particular, un minuto, amigos míos, sencillamente no tiene precio. Y como precio no tiene, yo nunca tendré como pagarles a todos la maravillosa sorpresa de cumpleaños que he recibido hace pocos días. GRACIAS por su tiempo.

Hablar de cada uno de los regalos haría esta entrada kilométrica, lo que si diré es que cada palabra escrita, cada verso y cada color están grabados en mi corazón. No se si se me olvidará alguno, pero todos me hicieron muy feliz: Camelia, Julito, Betty, mi padres, Maitecita, Mayra, Margot y Julio, Sandra, Monica, Ailec, Andy, Jose Luis, Orayna, Marisa, Yanet y sus hijas, Isael, Ariana, Debbie, Dago, Yurina, Lydia, Ivan (el traidor), Yuliat, Mire, Iramis, Lissette, Javi, Yoan, Giselle, Leonardito, Ida y Vivian.


Quiero darle las gracias a todos, pero muy especialmente, quiero agradecer a Ricardo, que no tengo ni la menor idea de quien pueda ser pero que por su maravillosa culpa he tenido la oportunidad de tener la amistad de Penny!!!

EL MAGO

sábado, 23 de abril de 2011

Desde la mismísima Eva…

Resulta que Dios les dijo al Adán y a la Eva, que podían disponer de todo lo que había en el paraíso, que podían comer de todos los árboles (incluido el árbol de la vida que los haría inmortales), todos los árboles menos uno solo, solo uno: El árbol de la ciencia del bien y del mal. Pues si, ya saben como acaba la historia, teniéndolo todo, se quedaron sin nada. ¿Por qué? Porque desde que el ser humano existe es inconforme.

Historias como las de Adán y Eva se repiten diariamente en nosotros mismos por un motivo o por otro. Si bien me he motivado a escribir sobre esto, les confieso que el análisis bien complicado y pudiera abordarse desde diferentes puntos de vista. A nivel individual, la inconformidad es un arma de doble filo, diría yo más, una daga de cuatro filos en las manos de un niño pequeño. Ser conformista es malo, creo, pero ser inconforme siempre, con todo, es un poco como admitir que la felicidad no existe, que no hay nada que en realidad satisfaga tus necesidades. He conocido personas que por tener tienen hasta criada que les limpia, casa, vida profesional y sentimental consolidadas y así y todo se lamentan constantemente de sus “problemas” y se comparan con otros que según ellos tienen más suerte en la vida. En los países ricos, mientras más queremos tener, más infelices somos y para colmo, todo parece estar “organizado” para que deseemos querer más y más. Y ahí está el truco, no es el crecimiento económico lo que hace la felicidad, sino es la infelicidad la que sostiene al modelo económico consumista y por eso todo está programado para que nunca seamos felices, para que nos falte algo.

Pongamos un ejemplo que siempre me ha chocado desde que estoy en España:

Los ciudadanos del primer mundo han logrado alcanzar una riqueza personal muy elevada, pero junto a ella padecen de una serie de trastornos psicológicos nunca vistos. Para los primer mundistas, unas vacaciones no se entienden si te quedas en casa, hacer vacaciones significa viajar. Hasta ahí todo está bien, la cosa falla cuando se convierte en una obsesión. Hay personas que piden dinero prestado para poder viajar en vacaciones, hay personas que acuden al psicólogo por el llamado síndrome pre-vacacional (stress por el motivo de preparativos de las vacaciones) y otras que padecen el síndrome post-vacacional (stress por haber ido de vacaciones y tener que empezar a trabajar). Hay estudios que han demostrado que hoy en día un catalán adulto tiene un riesgo de tener una depresión tres veces mayor que el riesgo que en su día tuvo su abuelo.

¿Cuándo podemos decir que es suficiente? ¿Podremos llegar a ser felices? ¿Tendrá un límite la inconformidad? Yo, aunque a veces es inevitable, hago mi mayor esfuerzo por no entrar en el juego. ¿Mi modelo a seguir?; el de mis padres, que me demuestran cada día que como decían los sabios de la antigüedad: No es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita.

Los dejo con mi versión de una canción de Silvio Rodríguez sobre la inconformidad humana que he grabado hoy, perdonen las pifias y desentonos.

EL MAGO

martes, 5 de abril de 2011

Raudel y Claudia

Raudel y Claudia son mis dos nuevos amigos. Claudia es ecuatoriana, tiene 28 años y vive con su madre y dos hermanos menores. Raudel es muy joven, no terminó el instituto pues no le gustaba estudiar y ahora trabaja en una empresa constructora para ganarse la vida. Cuando miro a Claudia siempre me recuerdo de Pocahontas, pues su pelo es largo y negro; ella va siempre arreglada y hasta diría que elegante a su trabajo; es dependienta de un bar en el centro de Barcelona. Raudel, en cambio, va con su uniforme azul, una bufanda y los audífonos conectados a la música que tiene guardada en el móvil. ¿Qué de dónde los conozco? Ah, es que cada lunes, bien temprano en la mañana coincidimos en el metro. Claudia va siempre con un poco de sueño y la cabeza recostada al lateral del banco. Al llegar a la estación de Plaça Espanya, Claudia se nos pierde de vista entre la multitud y Raudel me acompaña hasta la conexión con la línea 3 para hacer cambio de metro, aunque luego nos bajamos en paradas distintas.

El metro es como un dragón subterráneo que devora y escupe personas, y con ellas, devora y escupe también sus historias y sus sueños. Historias y sueños que permanecen ajenos e intactos. Sueños que solo parecen mezclarse cuando un viejo acordeón o algún gastado violín regalan su música a cambio de unas monedas.

Seguramente nunca sabré si la chica de pelo largo y negro se llama en realidad Claudia o si el chico de uniforme azul no terminó el instituto. Me invento sus historias a la par que intento, cada lunes bien temprano en la mañana, hallarle solución a los sudokus que hay en mi móvil. Quizá en Cuba no tendría que inventarme sus historias, a lo mejor, al segundo encuentro, Claudia hubiera alzado su soñolienta cara y rompería el hielo así:

-Caballero que fula la madrugadera esta verdad?...

El mago

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Como ir a Italia y no comer pizza…


Mi artículo de hoy habla de Holanda. Esta vez ya no de sus increíbles ciudades, canales, parques y gente. Hoy la ruta de mi artículo se adentra más en lo prohibido… prohibido quizá en nuestra mentalidad manipulada por nuestras propias culturas. Holanda es uno de los países más tolerantes del mundo y de eso también he aprendido un montón, le debo a Holanda también eso. Hoy los llevaré brevemente por la ruta de la droga.

En Holanda, como todos deben saber, son legales algunos tipos de drogas que en la mayoría del resto de países son prohibidas. A pesar de esto, el consumo de estas drogas está muy controlado. Venir a Holanda y no entrar en un coffeshop, es como ir a Italia y no comer pizza… Los coffeshops son las tiendas-cafeterías con licencia para vender productos derivados del cannabis… dentro de estos establecimientos puedes fumar diferentes tipos de hierbas o comerlas en forma de pancakes, tartas, infusiones, etc. Mi experiencia con la marihuana en Holanda no ha sido mucha… he fumado, he comprado, pero debo confesar que, el efecto que produce en mi la marihuana no es nada agradable. Me da sueño, pereza y mucha mucha mucha mucha sed, una sed irresistible. Así que como no me agrada, solo la he fumado con amigos en eventos de puro folklor autóctono…jajaja.

Otro tipo de establecimiento autorizado a vender otro tipo de drogas son los smartshops, smart viene por las conocidas smartdrugs. En este tipo de tiendas venden drogas blandas de diferentes tipos y cosas así. Evidentemente, no podía irme de Holanda sin experimentar algo así. Y está experiencia si fue extraordinaria y vale la pena contárselas.

Aprovechando la visita de una amiga, decidimos comprar alguna variedad de los llamados magic mushrooms (el que aparece en la foto). Estos los venden frescos, por gramos y cada uno tiene diferentes efectos. Compramos uno que supuestamente debería ponernos eufóricos, pero además, con grandes posibilidades de experimentar cambios en la percepción. Como droga al fin, aunque natural, hay que tener mucho cuidado al usarla, así que el empleado nos explicó con lujo de detalles lo que podíamos hacer, como hacerlo, cuando hacerlo, que dosis comer, etc, etc… todo con el objetivo de tener lo que ellos llaman “a nice trip”.

Seguimos todas las instrucciones al pie de la letra y el resultado fue increíble. Mi primera sensación fue de frustración total… pues al parecer tengo un metabolismo lento y mi amiga comenzó a manifestar los efectos del hongo mucho antes que yo… pero luego empecé a sentir todo de una manera diferente. No creo que llegáramos a ver alucinaciones. Pero el cambio total de la percepción visual (colores, formas y movimiento) fue una experiencia extraordinaria, también notamos cambios en la percepción auditiva y un poco en la espacial. Describir lo que se siente es resulta casi imposible de explicar con palabras, es algo así como entrar en un mundo parecido al de Avatar, (si han visto la peli) una realidad diferente. Total, el efecto de nuestra dosis fue de aproximadamente 4 horas. Luego tomamos leche y dulces para reducir el efecto en su totalidad y nos fuimos a dormir. Lo que más me gustó de la experiencia es que me abrió una nueva puerta para observar el mundo: “Y si lo que nuestro cerebro en estado normal ve, no es lo que realmente es? Y si la realidad que creemos real no es exactamente como la percibimos? Y si lo que creemos rojo es en realidad verde? .. fascinante....WOW!!!
El mago

sábado, 6 de noviembre de 2010

La leyenda del pájaro chogüí

Desde que era pequeño me sé la leyenda de pájaro chogüí, una leyenda indígena de sudamérica que nos cantaba mi padre a mi hermano y a mí. Es una leyenda triste, pero con un mensaje de esperanza y de amor. Me gustaría que mi país tuviera muchas leyendas indígenas... lástima que los conquistadores nos las arrebataron todas en muy poco tiempo.
Dándo mis "paseos" por el mundo de youtube, encontré la canción original y al recordar mi infancia pues me inspiré a escribir este artículo. Debo decir que a ciencia cierta no sé si la foto que encabeza este escrito es un pájaro chogüí, algunos le dan ese nombre también o lo asocian al ave nacional de Paraguay, que es el pájaro campana. Tampoco encontré una versión oficial de la leyenda, así que hice un resumen de una de las tantas versiones que encontré. Aquí se las copio y les dejo además mi un video experimental que hice tomando como hilo conductor la canción. Espero les guste:

En una humilde vivienda campestre, rodeada por árboles y ríos, vivía una india guaraní con su pequeño. Mientras la madre se iba a cultivar la tierra, el niño se internaba entre los árboles en busca de frutas. En ocasiones, hechizado por los encantos de la naturaleza, regresaba muy tarde y su madre lo castigaba duramente.

Subía hasta las alturas de los árboles para agarrar las frutas, aunque siempre llevaba al menos una naranja, que tan deliciosamente saboreaba. Le gustaba también, verse confundido con los pájaros y mariposas que revoloteaban en los ramajes.

Un día se entretuvo mirando cómo una bandada de pájaros choguís se elevaban buscando el cielo y luego bajaban haciendo parábolas. Se hacía tarde, pero calculó que bajando rápido le quedaría tiempo para llegar antes a casa, y siguió allí, contemplando el vuelo de las aves.

En esas meditaciones se encontraba cuando le llegó de pronto el grito de su madre, que había llegado a casa sin que él la hubiese visto. Sobresaltado, trató de descender, pero sus pies perdieron apoyó y cayó pesadamente desde las alturas. La madre no pudo escuchar el único quejido de su hijo. Justo en el momento en que sus ojos se cerraron definitivamente, su cuerpo se fue transformando, y tomó la figura de un pájaro choguí. Sobre la cabeza de la india pasó volando y cantando para meterse entre la bandada.Según cuenta la leyenda, aquel niño guaraní, convertido en pájaro choguí, cada día vuelve a los alrededores de su casa, y mientras la madre va y viene de la estancia al rancho, él canta y picotea las naranjas.

domingo, 24 de octubre de 2010

Hacer el ridículo puede salvar un domingo!!!

Bueno.... le cuento que hoy domingo estaba trabajando el el laboratorio... estaba solo, por lo que llegó el momento en que necesitaba desconectar de todos los gráfico y las ecuaciones.... así que oyendo la melodía de uno de los temas de la película Rocky Horror .... de las primeras de Sunsan Sarandon creo... pues me dije a mi mismo... mi mismo.... Por qué no bailar? Aunque reconozco que el baile no es lo mio... puedo decir que la media hora que estuve bailando me la pasé genial.... JAJAJAJA...... así que ahora les toca a Uds. reirse de mi.... les dejo con el vídeo!!!

BESOS, EL MAGO