A donde hemos ido a parar ahoraaaaaa!!!

Por causas del azar… ya que no fue premeditado… me ha tocado venirme un tiempo a Holanda, más concretamente a Utrecht, que es una provincia central y la más pequeña de todas las provincias de reino de los Paises Bajos. Una ciudad famosa por sus canales y por su enorme catedral. La Universidad de Utrecht (donde hago continuidad de mi doctorado) según he leído es una de las más prestigiosas de Europa y de las más antiguas y grandes del país.

Ya que hace tiempo este blog ya no tiene ni pies ni cabeza, he decidido dedicarle algunos artículos a mi estancia por acá ya que es una especie de incursión en una cultura, idioma y forma de ver el mundo de una manera diferente y puede que algunas cosas sean interesantes de compartir con mis asiduos lectores...jejeje.

Dicen que la primera impresión es muy importante y la verdad es que la primera impresión fue perfecta. Al llegar con retraso de Vueling, pensé que no llegaría a tiempo para recoger las llaves de mi apartamento, pero tal y como me habían comentado el transporte Holandés es rápido, seguro y puntual, así que llegué en tiempo. El clima me acompañó el primer fin de semana y pude incluso hacer turismo por la ciudad. Aun teniendo un mapa, me perdí, pero me sirvió para darme cuenta de que los Holandeses, en general son muy amables e incluso muchos te sonríen si al pasarte por al lado haces un gesto como de saludo.

Como la mayoría de los holandeses hablan bien el inglés, el problema de la comunicación no ha sido un problema, PERO, los objetos inanimados no hablan… por lo que el idioma ha sido un obstáculo a la hora de hacer las compras o identificar lugares ya que nada está traducido. Pero bueno, siempre se puede preguntar.

La ciudad es superlinda, como salida de un cuento y cuando hay sol pues solo salir a caminar y ver la mezcla nada forzada de naturaleza y civilización, vale más que una terapia pagada en el mejor Spa. Es una lástima que haya venido en otoño-invierno. Aunque todo tiene su encanto, espero…. ya les iré contando.


El MAGO