lunes, 26 de abril de 2010

Los ladrones de guante blanco (y no es una metáfora)

Hola, después de algún tiempo de silencio en el blog (Aunque de actividad constante en facebook) he vivido un episodio de la vida cotidiana que me ha motivado a escribir. Intentaré demostrar el problema desde mi experiencia y lo sazonaré luego con algunos datos obtenidos en la red.

La imagen que da introducción a este artículo es una imagen radiográfica de mi dentadura… y es precisamente de dientes, o mejor, de dentistas de lo que hablaré hoy. Toda la historia viene de mis problemas en los molares, sobretodo en el 37, debido a que como son tan pequeños cuesta mucho trabajar con ellos, ya que solo al intentar colocar el porta-matriz sangro y esto unido a que suelo salivar mucho también atenta contra la retención de los empastes… en otras palabras… hay que estar “escapao” pa poder hacerme algo bien hecho.

Aunque la historia es más larga me centraré en los días recientes… se levanta el telón y con él se levanta también el empaste luego de solo tres meses de haberlo reparado. En la escena, yo, el agujero en mi muela y un silencioso grito de: “otra vez noooo”… Pido ayuda y me recomiendan una clínica que ofrece soluciones rápidas y sobretodo más económicas que los análogos privados. Una llamada telefónica, una cita (quizá con la muerte) y se cierra el telón.

Al abrirse de nuevo el telón, aparezco yo en la clínica, me recibe un señor que me conduce amablemente a su despacho. Me hace un interrogatorio para rellenar mi historia clínica y me lleva a hacer una radiografía (esa que está allí arriba encabezando este artículo). Hasta este punto yo pensaba que ese señor (de nombre Victor) era el doctor… naaaaaaaaaa………. este Victor lleva el “título nobiliario” de “coordinador”… que “traducido” sería básicamente “el tío que te vende la moto” (aunque la moto no arranque) … el tio que ha sido entrenado para convencerte de que tienes que comprar lo que él te está vendiendo. Pues el “coordinador” Victor me lleva a donde está la doctora… María… esta, “toda llena de gracia”… me examina y me dice… que el empaste está muy cerca del nervio (a pesar de que insistí en que no tenía sensibilidad alguna) y que por eso el tratamiento adecuado consistía en: matar el nervio de ese molar 37 y el del continuo (el 36). Colocar en ambos un perno de metal y poner una corona que recubriese los molares y estuviesen fijas a este perno metálico. Me diagnosticó además sarro en dos cuadrantes interiores que no podían ser eliminados con limpieza dental ordinaria sino con un tratamiento que ella le llamó curetaje. Enseguida María desparece de escena y Victor me conduce nuevamente a su despacho. Repite como un loro lo mismo que ya me había explicado María, pero endulzándolo con la repetida frase de “garantía de un trabajo bien hecho” y sembrando el miedo terrible de “la pérdida de la pieza”. Luego de que todo quedara “claro”, se escucha solo el ruido leve de la impresora láser, el deslizar delicado de cada una de las hojas de la historia clínica. La última hoja… EL PRESUPUESTO, aquí abajo se las dejo....


Bueno, la foto lo dice todo…. Al darme la posibilidad de pagar a plazos sin intereses por un año o con intereses hasta 5 años… (di tú y no es de pollo)… le dije que me lo pensaría antes de firmar cualquier presupuesto. Así que al día siguiente localicé el teléfono de otra clínica de este tipo (una franquicia) y saqué una cita pensando que quizá en está otra me harían una oferta mejor. La historia se repite… despacho, coordinador, radiografía, doctora, despacho, presupuesto….la hoja del presupuesto se las dejo igualmente a continuación…


Como ven, la diferencia en cuanto a cuantía del tratamiento es sustancial… alrededor de los 1100 euracos. Pero lo más alarmante no es la tarifa, el dinero, los plazos… no… el dinero es lo de menos si de salud se trata. Lo dramático de esta historia es que supuestamente me atendieron dos doctores colegiados… y el diagnóstico fue COMPLETAMENTE diferente… sin ningún punto en común. Que hacer? Evidentemente me fui por el más económico, pues fue la única forma que se me ocurrió de comprobar la honestidad tanto de uno como del otro. Queda la espera, pero queda sobretodo la impotencia de no saber que es lo que de verdad necesito para mantener sanos mis dientes.

Si hacemos dos o tres cálculos entenderemos la “necesidad” de “robar” de este tipo de clínicas. Para montar una franquicia de estas, hace falta un capital mínimo de 360 000 euros y el propio presidente en una entrevista afirmó que era posible en 1 año y medio recuperar la inversión… entonces… para poder recuperar la inversión de 360 000 euros en año y medio… estás clínicas tienen que cobrar a sus pacientes de tal forma que recauden 45 000 euros al mes…. Lo que equivale a que tienen que ingresar un mínimo de 208 euros cada hora de trabajo… (si suponemos que no falla ningún paciente y todas la horas están cubiertas)… MORALEJA… hay que estafar a los pacientes, haciéndole tratamientos que quizá no necesiten pero son caros.

El propio presidente de una de estás franquicias dijo en una entrevista: "EL OBJETIVO PRIORITARIO ES QUE LOS POTENCIALES CLIENTES ENTREN. UNA VEZ EN LA CLÍNICA, EL EQUIPO GESTOR DEBERÁ RENTABILIZAR LAS CONSULTAS". El gestor del que habla no es otro que nuestro amable Victor, que NO es doctor, sino comercial… y hay que preguntarse entonces POR QUÉ cojones un equipo comercial está detrás de unas consultas que supuestamente son médicas!!!!???

Los precios que vemos en las propagandas son lo que en marketing se llama "Precios Gancho", los precios con pérdidas ("dumping") que llevan al cliente al negocio (como en efecto me llevó a mi hasta su puerta), luego es allí donde se les vende otra cosa distinta (tal y como hicieron conmigo) que sí deja beneficios a la empresa. Los precios de los demás tratamientos sólo se le comunican al paciente cuando ya está atrapado, cuando, como ellos mismos dicen: "EL EQUIPO GESTOR DEBERÁ RENTABILIZAR LAS CONSULTAS".
Profesionalidad vs Negocio… ese es el triste caso de las clínicas estomatológicas en este país… que triste no?